CONSIDERADAS DE LAS MEJORES DE EUROPA, SUS TERMAS ESTÁN ESPECIALIZADAS EN TRATAMIENTOS DE LA PIEL Y EL APARATO DIGESTIVO
A apenas dos kilómetros de la frontera, a orillas del río Eljas, se encuentra el paraíso terrenal. Una aldea de apariencia abandonada en la que abunda el Vende-Se y escasea la cobertura entre árboles cubiertos en coloridos paños de ganchillo. Es la bienvenida que dan las Termas de Monfortinho, un balneario enclavado en un entorno natural de gran belleza que invita a desconectar y relajarse a través de un viaje saludable y milagroso.
La historia de estas termas se remontan al dominio romano de la Lusitania. “Ellos ya las utilizaban con este fin”, recuerda Pedro Próspero, director del balneario, al mismo tiempo que se adentra por unas instalaciones palaciegas donde el ruido del agua se hace omnipresente. Objeto de estudio de muchos y diversos científicos, destaca la investigación de “un médico de Penamacor, allá por el 1600, que consiguió curar su problema de piel y a raíz de ello decidió estudiarla”. Desde entonces, sus propiedades termales han complementado diferentes tratamientos dermatológicos y digestivos. Muchos más desde que en 1907 se consiguió la concesión de estas aguas y tres décadas después se erigiese el edificio actual, remodelado a principios de los 2000. “Antes de que se levantara esta obra había un pozo que llamaban ‘los baños de la española’ porque venían muchas personas de España buscando estos tratamientos”, cuenta el hombre en un tono chistoso. “Con las últimas adaptaciones se han conseguido tratar nuevas enfermedades, las que tienen que ver con el sistema respiratorio y reumatología”.
Cuando le preguntan por el secreto del agua de Monfortinho, la faz de Próspero dibuja una pícara sonrisa. “Porque es muy buena”, responde en un primer instante. Toma aire y continúa definiendo la peculiaridad que tiene el manantial que llega de la Fonte Santa, procedente de la Serra de Penha Garcia. “Un 53% de su mineralización es silicio. Es lo que le da la propiedad pero el conjunto en sí es lo que la convierte en ideal”.
Diferentes públicos, diversos tratamientos
Por los pasillos de las Termas de Monfortinho pasea una pareja de amigas que rondan los 60 años. Corresponden al perfil que tradicionalmente ha recorrido sus instalaciones “por dos razones”, apunta el director. “Son quienes comienzan a tener problemas de salud y quienes tienen más tiempo libre, los jubilados como les llamáis en España”. Aún así, la métrica está cambiando y el balneario cada vez recibe más parejas jóvenes que confían en el poder termal de salubridad y en el bienestar que éste ofrece. “Procuran alternativas a los medicamentos, especialmente para sus hijos. Hay muchos niños que sufren problemas de eccemas y buscan en este agua algo más que en las medicinas que tienen corticoides y muchas contraindicaciones”, relata. “Esto es todo natural y consigue resolver problemas. Nosotros lo hemos visto con nuestros propios ojos”, continúa citando algunos ejemplos y subrayando el factor psicológico. “Alivia, y con ello se van a sentir mejor consigo mismo”.
La pareja de amigas se detiene en seco y toman asiento frente a un habitáculo en cuyo acceso reza Duche Vichy. Al instante salen dos trabajadoras en sus búsquedas. Serán las encargadas de aplicarle este tratamiento hidroterapéutico de origen francés consistente en un masaje a cuatro manos bajo una columna de ducha dispuesta de forma horizontal. El máximo responsable del balneario explica que durante siete minutos se aplican los chorros a una temperatura que oscila entre los 35 y 38ºC como efecto relajante del sistema nervioso y muscular, y que terminan con un toque revitalizante y tonificante de agua fría. Una combinación que promete reducir el estrés, relajar la musculatura y favorecer la circulación con un carácter reumático.
La ducha vichy protagoniza la mayoría de packs que oferta este balneario, donde también se incluye la ducha escocesa. El hombre comenta que este tratamiento, que aplica agua que ronda los 34 y 38ºC a presión y distancia, es el más recomendable para mejorar la circulación de la sangre y aliviar las contracturas musculares, algo que consigue a partir de los cambios de temperatura. Y es que, tras doce minutos, esta ducha termina con un chorro de agua fría “que revitaliza y te deja como nuevo”.
Rituales faciales y corporales
Próspero se adentra en el corazón de las Termas de Monfortinho. Mientras que transita por largos pasillos, a cuyo paso salen piscinas, salas de relajación y cabinas de hidromasaje, revela que el año pasado sintieron la necesidad de cambiar. “No de cambiar, sino de ofrecer algo más a los clientes que vienen habitualmente”. Una reflexión que se convirtió en una amplia oferta de tratamientos faciales y corporales comercializados como rituales. “Ayudó a completar la oferta termal, pero también a conquistar a los clientes que llegan hasta aquí por bienestar”, afirma. “Además, aprovechando que el agua abre mucho los poros, estos tratamientos actúan de forma más rápida y activa, a niveles más profundos de la piel y consiguiendo multiplicar sus efectos”.
Abre una puerta a una sala con luz tenue descubriendo a Ruth, una empleada que se encuentra preparando una mascarilla elaborada a partir de productos naturales. “Podemos hacer diferentes tratamientos según las necesidades del cliente: rojeces, mala circulación, arrugas, etc. Siempre con elementos naturales”, relata. “Éstos, por ejemplo, son el fuego, la tierra, la madera, el agua y el metal, y aplicándolos en diferentes zonas de la cara conseguiré un resultado exfoliante”. Próspero le roba el turno de palabra para resaltar que se trata de una tradición asiática. “Yo no sé si son ellos los que más saben sobre cosmética pero sí que tienen una cultura muy grande, que siempre vivieron buscando en las plantas propiedades para aplicar a las personas”, añade. “Creo que tenemos que aprovechar todo ese conocimiento para darle más valía al nuestro”.
Es al final de la conversación cuando el director de las Termas de Monfortinho se atreve a despojarse de su humildad y reconocer que sus aguas son “de las mejores del país, o incluso del mundo”. Y no lo dice él, lo dictan diversos estudios que consideran su manantial termal como uno de los mejores de Europa, y sus instalaciones como el mejor destino saludable de la Beira Baixa.
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